En todo el mundo, cerca del 50% de los embarazos no son planeados, sin embargo, cuando se tiene la posibilidad de planear el embarazo, es importante tomar en cuenta factores clave, para tener éxito. Cuando los profesionales de la salud nos referimos a llevar una dieta previa al embarazo, hablamos de la elección de los alimentos correctos que, junto con una suplementación personalizada para la madre, puedan lograr el crecimiento y desarrollo adecuado del feto y futuro bebé.
La nutrición y el estilo de vida saludable se asocian con una mayor probabilidad de concebir, es decir, el vínculo dieta correcta con una mayor fertilidad, está latente. Aunque se presume que aún se requiere más evidencia científica y más poblaciones de estudio, las investigaciones actuales reflejan que una mayor ingesta de fruta, una ingesta mínima de comida rápida y bebidas endulzadas con azúcar y una dieta con alimentos de carga glucémica baja, pueden ayudar a mantenerte sana durante el embarazo.
La genética, el medio ambiente, el estilo de vida, el nivel de actividad física, el estrés o la exposición a sustancias tóxicas, son algunas de las variables a considerar, que influyen directamente en la nutrición de la mujer que planea embarazarse. Es por ello, que la recomendación general, es que los cambios saludables se inicien, de 3 meses a un año antes de concebir.
El ácido fólico y el calcio son dos nutrimentos que son muy importantes a considerar. En el caso del ácido fólico, sabemos que es un mineral esencial para prevenir defectos cardiacos y defectos del tubo neural del feto. El inicio de la suplementación se debe dar cuando la mujer ya tiene vida sexual activa. Las verduras de hoja verde oscuro (espinaca, acelgas), las leguminosas (frijoles o soya) son muy buena fuente de este nutrimento.
El calcio también es muy importante. La ingesta diaria de calcio recomendada para la mujer en edad reproductiva puede ir desde los 1000 mg a los 1300 mg de calcio diariamente. El calcio es vital para: formar dientes y huesos fuertes, la coagulación sanguínea normal y la función muscular y nerviosa correcta, tanto de la madre como del embrión. Las buenas fuentes de calcio incluyen lácteos (leche, queso, yogurt descremado), verduras verdes, almendras, frijoles, sardinas y tortillas nixtamalizadas. Un multivitamínico prenatal diario, puede ayudar a obtener estos nutrimentos clave. Siempre hay que buscar un suplemento certificado y de buena calidad y consultar siempre con un especialista de la salud, antes de comenzar a tomar cualquier suplemento.
La planeación y el llevar a cabo transformaciones positivas en los hábitos alimenticios, está asociado a una preparación holística preconcepción: comer bien, una suplementación personalizada, hacer ejercicio y descansar serán puntos clave para toda esta etapa.
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FUENTES:
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