Como adultos, tenemos la responsabilidad de mantener nuestra salud. Sabemos que cuidar tu cuerpo implica una inversión a largo plazo; todos conocemos o hemos visto a personas mayores hacer ejercicio a diario y otras que apenas pueden moverse, sin olvidar la importancia de ser un ejemplo para las generaciones futuras, ¿cómo podemos pedirles a nuestros hijos que hagan ejercicio y coman sano si no lo hacemos? Fácil: hay que predicar con el ejemplo.
El secreto es crear hábitos saludables como: sueño regular, buena nutrición (una dieta sana y equilibrada) y actividad física regular. No aproveches la oportunidad de las fechas para romper buenos hábitos, es decir, no justifiques descuidar tu salud por una fiesta de cumpleaños o días festivos, y mucho menos usar la temporada navideña como un desastre que amenaza la salud cuando el objetivo es la convivencia.
Recuerda que, en este caso, no es la calidad lo que importa, es la cantidad. El hecho de que nuestra cocina sea designada Patrimonio de la Humanidad NO significa que abusemos de ella. La clave es tener comidas pequeñas frecuentes.
Algunas consecuencias para nuestra salud como; la presión arterial alta, la diabetes, el colesterol alto, los cálculos en la vejiga o las enfermedades cardíacas se han relacionado con los atracones, es decir, consumir una cantidad inusual de alimentos durante una comida y sentir que el comportamiento alimentario está fuera de control.
Disfruta las fiestas, pero no olvides que su propósito es pasar tiempo con tus seres queridos. ¡Recuerda que tienes una vida sana todo el año!
 |
|